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Hoy te quiero mostrar otra táctica para que tus miedos y nervios jueguen a tu favor y dejen de molestarte.

Algunos de los consejos que se suelen decir es:

—Practica mucho más.

—Memoriza la presentación.

—Más ensayo.

—Disfruta de lo que haces.

—Respira hondo y déjate llevar.

—La práctica hace la perfección.

Entonces.

Lo de practicar más es una obviedad (aunque ya hablaremos otro día sobre esto…).

Hoy quiero ir un paso más allá y compartirte una forma de perder los nervios “diferente”.

Algo curioso.

Una táctica muy avanzada y al mismo tiempo simple y efectiva.

¿Qué solemos hacer cuando nos ponemos muy nerviosos?

Intentamos disimularlo.

Que no se note.

Pero ya sabemos que intentar disimular que las manos o la voz te tiemblan va a ser algo casi imposible de esconder. Sin quererlo, lo vas a resaltar más.

¿Qué podemos hacer?

Pues practicar la táctica de…

Divulgar en vez de ocultar.

¿Cómo?

De lo que se trata es que en vez de ocultar tus nervios vas a empezar hablando abiertamente sobre ellos.

Hay que hacerlo al principio, nada más empezar.

—Hola a todos, gracias por venir. Antes de empezar os debo confesar que tengo tantas ganas de paséis un buen rato conmigo que estoy súper nervioso. Me tiemblan hasta los dedos de los pies. Os pido un poco de paciencia si alguna cosa sale regular, ¿qué os parece?

Proclama bien fuerte que estás cagado de miedo.

Y así, de un plumazo, ya te puedes relajar porque ya no tienes que esconder nada: acabas de decirle a todos que estás nervioso.

Nadie te lo podrá decir porque te has anticipado tú.

Practícalo delante del espejo.

Inventa una frase tuya en la que digas que estás tan contento de hacer magia que los nervios están a flor de piel. Quieres que salga todo bien pero que quizás algo sale regulín.

Y entonces ocurre la otra “magia”: reconocer una debilidad (estar nervioso) te hace más fuerte porque mostrarse así requiere valentía.

Mucha valentía.

El escritor francés Honoré de Balzac así lo dijo:

Somos muy fuertes cuando admitimos nuestra debilidad.

Y puede que estés pensando que si dices que estás nervioso el público te comerá o se meterá más contigo.

Pues nada de eso, ocurre justo lo contrario.

La gente se pone de tu lado porque admira que reconozcas tus dificultades y que a pesar de ellas sigas adelante y les sorprendas con tu magia.

¿Qué te parece?

¿Te atreverás a desvelar tus nervios delante de tus espectadores para poder disfrutar plenamente de la magia?

Tatúate las palabras de Julio Cortázar:

Nada está perdido si se tiene el valor de proclamar que todo está perdido y hay que empezar de nuevo.

Que tengas muy buena semana, te deseo lo mejor.

Nos vemos.

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